Cómo manejar a un/a niño/a que no quiere probar nuevos alimentos
Cuando un/a niño/a es melindroso/a no quiere probar nuevos alimentos, puede ser un verdadero reto, y puede ocasionar que las meriendas y comidas sean frustrantes. Pero es importante entender que la mayoría de las veces, el rechazar algunos alimentos es una fase normal por la cual mucho/as niños/as atraviesan. Cuando son pequeños/as, la familiaridad es reconfortante para los/as niños/as, y esto aplica también para los alimentos. Eso no quiere decir que lidiar con los gustos de alimentos de los/as niños/as es fácil, pero en esta publicación vamos a hablar de las mejores formas para manejar los gustos de alimentos con tu hijo/a.
Evita el término “melindroso o quisquilloso/a con la comida”

Sabemos lo que estás pensando, ‘¿Cómo van a escribir una publicación sobre niños/as que no prueban nuevos alimentos y nos dicen que no usemos esas palabras?’ ¡Pero escúchanos! Tu hijo/a puede mostrar resistencia con los alimentos, pero esto es un problema sólo cuando los/as niños/as saben que se refieren a ellos/as como melindrosos o quisquillosos/as. Esto puede ocasionar que ellos/as mismos/as se consideren así, y por lo tanto se comportarán de esa manera. Esto quiere decir que si ellos/as saben que son melindrosos/as o quisquillosos/as, van a seguir haciendo ese papel. Los/as niños/as pueden dejar atrás su resistencia a comer algunos alimentos, si estos hábitos no son reconocidos.
Da estructura a los tiempos de comida:
Ya hemos hablado sobre esto antes, pero establecer horarios específicos para el desayuno, almuerzo, cena y meriendas, puede ayudar a que los/as niños/as entiendan cómo es un ambiente apropiado con patrones de alimentación, y así sabrán cuando los alimentos estarán disponibles. Este es un paso importante para guiarlos a probar nuevos alimentos en una ambiente sano y de apoyo. Además, esto también es importante cuando les presentes nuevos alimentos. Si le ofreces un nuevo alimento a tu hijo/a cuando tiene hambre, ¡es más probable que esté dispuesto/a a probarlo!
Introduce nuevos alimentos, ¡más de una vez!
Seguir ofreciendo alimentos que los/as niños/as no quieren comer puede parecer un desperdicio y ser muy desmotivante, pero las investigaciones sugieren que puede tomar hasta 10 intentos de introducir nuevos alimentos para que los/as niños/as los acepten y los consuman de manera regular. Esto no quiere decir que le tengas que ofrecer a tu hijo/a nuevos alimentos que aún no quiere comer cada vez que tiene hambre, sino que más bien ofrece un platillo que sepas que come, y tal vez introduce algún nuevo alimento junto con el platillo. Esta puede ser una manera útil para poco a poco acostumbrar a tu hijo/a al nuevo alimento y que pronto comience a comerlo.
Introduce nuevos alimentos, ¡en diferentes presentaciones!

No sólo hay que introducir nuevos alimentos por más de una vez, sino que también es importante y útil ofrecer nuevos alimentos en presentaciones distintas. Por ejemplo, tal vez estés intentando que tu hijo/a coma judías verdes/ejotes hervidos, y no importa cuántas veces los pongas en su plato, simplemente tu hijo/a no quiere ni tocarlos. ¿Por qué no lo cocinas de manera distinta? En lugar de hervirlos, puedes asar las judías verdes/ejotes con un poco de ajo y aceite de oliva, o con almendras picadas. Diferentes preparaciones pueden cambiar la textura y el sabor de los alimentos, y un método de cocción puede resultar más atractivo para tu hijo/a.
Dales opciones, pero no demasiadas
Recuerda, tu casa no es un restaurante en donde diario tomes órdenes diferentes de platillos para cada miembro de la familia. Tú eres la mamá, así que tú decides qué va a haber de cenar, y puedes dejar que tus hijos/as tomen algunas decisiones sobre qué partes de la cena sí quieren comer (claro, contigo guiándolos en esa decisión). Por ejemplo, el acuerdo puede ser que todos deben probar todo lo que se sirva esa noche, pero si no le gusta a alguien, entonces no se tiene que comer una porción completa. O, si ofreces dos acompañamientos en la cena, deja que tus hijos/as prueben ambos y luego elijan cuál quieren comer. Esto promueve su autonomía, o su habilidad para tomar decisiones por sí mismos/as y es una buena manera para que prueben nuevos alimentos.
¿Pero qué pasa con el desperdicio de comida?
Por supuesto que no queremos que compres y cocines alimentos para tus hijos/as si no se lo van a comer y luego se tiran a la basura. Pero incluso esto se puede manejar cuando sea planea adecuadamente. Comprar y cocinar con alimentos congelados es una buena idea ya que es fácil preparar porciones pequeñas cada vez. Otra opción es preparar nuevos alimentos de acuerdo con tus preferencias y las del resto de la familia, y así sabes que sí se los van a comer. Sin mencionar, además, que sabemos que la dieta de los padres importa, ¡y es más probable que los/as niños/as prueben alimentos cuando ven que sus padres o hermanos/as mayores los comen y los disfrutan!
Considera tu enfoque
Sobre todo, queremos que el enfoque que tomas para que los/as niños/as prueben alimentos nuevos, sea positivo y motivante. Obligar a un/a niño/a a comer algo puede resultar en que lo rechacen con más determinación. Trata de estar calmada cuando les ofrezcas nuevos alimentos y cuando lo rechacen. Si se sienten apoyados y perciben que tienen un poco de autonomía, tendrán más confianza para probar algo en el futuro. También puedes explicarle a tu hijo/a, diciendo algo como ‘¿te acuerdas que la última vez probaste las zanahorias asadas y te gustaron? Tal vez puedas probar esto también, nunca se sabe, ¡a lo mejor te encanta!’ Sin embargo, si lo rechaza, no lo/a obligues y vuelve a intentar en otra ocasión.
Sabemos que es mucha información, pero esperamos que alguna de estas estrategias probadas te ayude con tu pequeño/a que está viviendo una etapa de gustos estrictos por la comida. ¿Qué otra cosa te gustaría saber sobre este tema? ¿Cuáles son tus mejores estrategias para lidiar con niños/as que no quieren probar nuevos alimentos? ¡Cuéntanos en los comentarios!